miércoles, 6 de mayo de 2015

El Empresaurio Rex - El currante y la tierra

(Antes de leer el post y para ambientar y darle una gracia que no tiene el tema mirad esto)


El trabajo por cuenta ajena es un área hostil, donde el currante se mueve día tras día con la habilidad del más experimentado mago manejando las cartas, con el sigilo de una gacela moviéndose entre manadas de leones, y con la vista siempre vigilante, más incluso que los buhos una noche cualquiera en pos de un inocente ratón que llevarse a la boca.

Su vida en medio de este panorama, está siempre amenazada por multitud de peligros y adversidades. En el episodio de hoy, en "El currante y la tierra", vamos a estudiar su relación con uno de sus depredadores más peligrosos y sanguinarios:

EL EMPRESAURIO REX


En el empresaurio rex se representa la figura del depredador natural del currante. Se le reconoce fácilmente por un atuendo ostentosamente elegante que aparenta más que vale, una expresión ceñuda que parece querer decir "estoy por encima de ti y lo sabes" y, por contra, unas formas que pretenden transmitir seguridad con el objetivo de que sus presas se acerquen a él.

El currante, movido por la necesidad de poner un plato en su mesa, de seguir pagando recibos, y/o de vestir y alimentar a sus crías, se mueve con cautela siempre en torno de las hordas de empresaurios, obligado por las circunstancias a creerse que acabar bajo las fauces de alguno le proporcionará lo necesario para continuar viviendo con dignidad.

El empresaurio, por su parte, observa a los currantes que le rodean seleccionando con cautela su presa, seguro de si mismo en todo momento de que escogerá al individuo "más pardillo", al que podrá mangonear, del que alimentarse hasta sacarle casi todo el jugo cada día, pero teniéndolo ahí la mayor cantidad de tiempo posible, exprimido hasta el límite.

El primer enfrentamiento entre empresaurio y currante resulta realmente sangrante para el currante: LA ENTREVISTA DE TRABAJO.

Durante el enfrentamiento el empresaurio regala el oido del currante con frases como "vas a entrar en una empresa en expansión" o "contamos con gran cantidad de clientes muy importantes" y finalmente intenta cercarlo con "somos una empresa comprometida con sus trabajodores y esperamos lo mismo del trabajador". El currante, hipnotizado por la verborrea del empresaurio rex y acuciado por la vida, cae inocentemente en sus fauces.

Aquí es donde comienza el día a día del currante, que acude fielmente a su puesto de trabajo y sin darse cuenta es sangrado por el empresaurio lo suficiente para que a cada jornada que pasa el currante acabe con la cabeza gacha, pero no tanto como para que el currante caiga desfallecido por falta de líquido vital.

Poco a poco la empresa va creciendo con lo que aumenta la cantidad de trabajo pero no el número de trabajadores. El currante se defiende frente al empresaurio con frases como "se necesitan más currantes en la oficina" o "no podemos atender con garantías a más clientes".

El empresaurio, seguro de si mismo dado que cuenta con el apoyo de su amiga "la crisis" y su sustento más importante, "el gobierno", que achica el espíritu del currante con leyes que favorecen el despido y la precariedad laboral, da por toda respuesta al currante que es ahora cuando espera su compromiso en forma de horas extra durante las noches y fines de semana, por supuesto, no remuneradas.

El choque de trenes final ante esta situación solo contempla dos posibles escenarios finales. O bien, ante su necesidad, el currante cede a las presiones del empresaurio y se hace más incisiva y más patente su propia sangría, quedando como una sombra arrastrada de lo que fue, o bien, por contra, no cede a las presiones, y empieza un nuevo periodo de angustia e incertidumbre ante la posibilidad de no poder cumplir con sus necesidades.

En ambas situaciones, el empresaurio se regodea de satisfacción, bien por engordar ostensiblemente ante la ingesta de una sangría que se ve ampliada en tiempo y forma, bien por poder volver a fijar la vista en la caza de la sangre fresca de un nuevo currante, habiendo dejado también bien desangrado al anterior.

Amigos, en este episodio de "El currante y la tierra" hemos destripado su relación con su mayor depredador, el empresaurio rex. Como han visto, el depredador se caracteriza por su voraz apetito y su avidez por exprimir al máximo el jugo de la presa, ante lo cual, el currante cuenta con tres opciones:


  • Tragar y malvivir.
  • Hacer oidos sordos y sobrevivir.
  • Cambiar y volver a probar.


La mejor opción no se sabe cual es. La peor es no hacer nada ..... ¿cual es la tuya, currante?

¿Cuál es la mía? ..... el tiempo y una caña (siempre, una caña), lo diran.

Este episodio de "el currante y la tierra" está basado en hechos reales. Gracias a mis nuevos compañeros de trabajo y "gracias" a mi actual situación por esta prosa inspiradora.

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