jueves, 20 de agosto de 2020

NO PODEMOS VOLVER ATRÁS

 Nada como estar de vacaciones para ponerse nostálgico. No hace mucho falleció el dueño de un pub que tengo enfrente de mi casa en Barranda. Estamos hablando de un pub que existía cuando ni siquiera se les llamaba pubs. De hecho, puede que estuviera aquí incluso antes de que yo apareciera por este mundo. 

El caso es que a pesar del triste suceso, la roca vive más que la carne, y de la misma forma que el lugar sirvió de sustento a este hombre, ahora le está sirviendo de sustento a un hombre al que yo le sacaré facilmente diez o quince años, pero que ahora mismo está siendo una de mis excusas para salir a la calle, tomarme una cerveza y echar un rato viendo el fútbol. 

Dándole vueltas a esto entre idas y venidas del balón junto con los tragos de cerveza, recordaba otros tiempos.

Tiempos en los que yo empezaba a coger el gusto por los videojuegos, con siete, ocho o nueve años, y me dejaba no se cuantas monedas de cinco duros en una máquina que me ofrecía diez juegos, entre ellos Super Mario o 1942 (uno de avioncitos), y antes que esta puede que el Tetris, o si no después lso míticos Moon Walk (uno de Michael Jackson) o el Golden Axe.

Tiempos puede que con algún año más mi padre me invitaba a una Coca Cola y me enseñaba a jugar al billar americano en una de las dos mesas del pueblo.

Tiempos ya unn poco más recientes en los que los colegas nos pasábamos la tarde dándole a la diana o gastando no se cuantas monedas en el futbolín.

O noches épiccas de fiesta y borrachera que no se sabe como se quedaban cincuenta euros allí a tres con cincuenta la copa.

Y ahora .... miedo. Miedo de tener que volver a echar el cierre por el COVID a todas esas experiencias a las que muchos de vosotros podríais añadir mil historias más, cada uno en el pub de vuestro pueblo.

No podemos dejar de jugar al futbolín, no podemos dejar de divertirnos, no podemos dejar de enseñar a nuestros hijos (aunque yo no los tenga) a jugar al billar, en serio, por favor NO PODEMOS VOLVER ATRÁS.

Triste marioneta

Hilos invisibles, irrompibles

tensando mis brazos y mis piernas,

mi mirada, mi pensamiento,

disfrazados de belleza,

que encierran todos mis sueños.

Engañados con la libertad,

atada con los mismos h los,

la madre de todas las mentiras,

encerrada en el destino,

que gobierna nuestras vidas.

Ama, rie, seña, vive,

pensando que eres tu quien decide,

que equivocado estás,

los hilos de la vida que vives,

algún día te harán zozobrar.


Antes de lo que piensas,

triste marioneta,

el destino que maneja tus hilos,

tus ojos .... los cierra ...

SIN PREGUNTAR.