lunes, 21 de julio de 2014

Gracias, Motilleja, y que viva La Chicharra

Y nunca más se supo .... nada como el agua para ahogar esa canción que nunca llego a salir de la boca de un cantante. Es posible que eso lo pensará en algún momento algún vecino del pueblo de Motilleja con una mente perturbada como la mía. Que mejor venganza puede haber contra alguien que busca en la música su medio de expresión y diversión, que intentar evitar que haga llegar al mundo esos versos sonoros y llenos de energía aplastándolos con la fuerza del líquido elemento, justo antes de que aparezcan a través de su boca.



Este año hemos tenido una fiesta de la Chicharra muy especial. Parece ser que los actuales organizadores quieren dejar el testigo y delegar en otras personas que preserven esta fiesta que me ha atrapado durante muchos años. Estas palabras y sentimientos son los que me han hecho empezar de una forma tan rebuscada y poco ortodoxa, con esa mezcla de palabras y locura que se me antoja el primer párrafo ahora que lo estoy leyendo. Sin embargo, este hecho no va a centralizar la temática de estas lineas, pero si que quería agradecerles desde el mismo principio del post, tantos años (16 para algunos) de dedicación y ganas de ofrecer una fiesta tan significativa, amén de unos días llenos de risas, diversión, buenos momentos y por supuesto, música.

Por supuesto, ha sido muy especial también porque este año he podido vivir la fiesta del agua, "la batalla del agua", desde "el otro lado", un gran privilegio que se me ha concedido y que aclararé más adelante.

Este año para mi como aguilandero la fiesta ha tenido también un matiz de tristeza. Diversas circunstancias han forzado a la mayoría de mis compañeros aguilanderos a que no estuvieran con nosotros tocando y cantando, y esto me ha hecho echarlos un poco de menos (en realidad solo un poco, que me perdonen, porque una vez que empieza la fiesta es lo que hay, la vives y te olvidas de lo demás).

Este año llegamos dos miembros de los aguilanderos (Carlos y yo) junto con un amigo de los animeros de Caravaca (Pepe Gordini), y esa era toda la cuadrilla que pudimos traer, así que nos unimos a los colegas de Motilleja para poder hacer más ruido. Sin embargo, no tardamos en enganchar los instrumentos e ir calentando las voces con las primeras coplas, y templándolas con los primeros cubatas .... (desde luego, últimamente solo cuento borracheras, vaya giro).

Este año sin comerlo ni beberlo no acabamos en la "discoteque", pero no fue ni más ni menos que porque después de tocar en la plaza del pueblo, de echar una mano para arrastrar a los grupos a la cena, la propia cena, las coplas y los cubatas antes del escenario, de andar ligando con unas muchachas de un grupo de coros y danzas de Albacete (que por cierto, parece ser que discriminamos a los grupos de coros y danzas en Barranda, palabras textuales de nuestras amigas), después del escenario, y después de seguir tocando, se nos hicieron ya las seis de la mañana, así que estábamos algo reventados.

Y llega el domingo y su fiesta del agua .... después del almuerzo nos unimos a los amigos de Motilleja para este año pasar al "lado oscuro de la fiesta del agua". El punto de mira de todas las iras de los vecinos del pueblo después de tener que estar aguantando a unos músicos incansables haciendo ruido durante tres días hasta horas intempestivas, van a tomar cartas en el asunto ..... en el culmen de la batalla, cuando salgamos a la calle con los instrumentos armados, la venganza será de ellos .... del pueblo .... y yo me iba a encontrar "del otro lado" .... que gran privilegio, que gran momento ..... QUE GRAN AGOBIO Y QUE GRAN REMOJÓN ....

Los momentos previos son de risas y en cierto modo, de nervios para mi. Pasamos un rato juntos afinando instrumentos y echando unas risas con "el rito de los no iniciados de por medio", un rito que por decisión expresa mía, y por respeto a mis compañeros, no aparecerá aquí, ya que es un secreto reservado solo a un grupo de elegidos, todos aquellos que pueden llegar más cerca de la Ronda de Motilleja ..... culminado con la aparición de las fregonas que salieron a la calle a llevarse los primeros cubos de agua por encima ....

Nos equipan a todos con instrumentos listos para ser destruidos, guitarras "de los chinos" y tambores de juguete, flautas de las que usábamos para aprender en la escuela e incluso un mortero sirve para hacer algo de ruido, mientras te cae encima la furia contenida en decenas de cubos de agua ..... y llega el momento .... salimos ..... hacemos un corro lo más compacto posible ..... suena la música ..... suenan las voces ...... llegamos frente a nuestros rivales ..... y sin previo aviso
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¡¡¡EL MUNDO SE CONVIERTE EN AGUA!!!

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Los ojos, las bocas, las narices, las orejas, todo se llena de agua ..... todo es agua. Y la tormenta que se nos echa encima se pasa despacio, demasiado despacio.

Al final cumplimos la tradición reventando los instrumentos contra el suelo, señal que marca nuestra rendición y que simboliza el fin de la música .... este año.

Y yo con inmensa alegría este año puedo decir que estuve ahí .... la guinda del pastel vendría a ponerla la prensa que venía a cubrir la noticia en la figura de una señorita que hacía las veces de presentadora que no sabía donde se metía ..... venía muy fina y arreglada ella con su vestidito negro, más le valía haber traído un chubasquero, INCONSCIENTE.

Pidió a los amigos de la organización que hablara con la gente para que no la mojaran, pero fue en vano ... demasiado aguantaron los vecinos aún con ganas de guerra, que la rodearon durante unos tensos 5 minutos cubos en mano sin llegar a mojarla, hasta que le cayó el primer cubo.... los demás llegaron solos.

Desde la organización cumplieron ofreciéndole toallas a la joven para que se secara después. Y ahí terminó todo.

La fiesta del agua en estado puro. Muchas gracias de nuevo amigos, por todos estos años de llevar para adelante la Chicharra.

martes, 15 de julio de 2014

14 croquetas (y nos comimos quince)

Pre-Data: la división en dos partes de este post se hace a título informativo, la primera parte se escribió entre la primera y segunda semana después del viaje, y la segunda parte durante la última semana y media antes de su publicación.

PARTE 1.-

¿Alguna vez os habéis parado a pensar en que poquitos fines de semana tenemos a lo largo del año para disfrutar?

Con lo dado que  soy a mover pensamientos dentro de mi inquieta cabeza la verdad es que yo no lo había hecho. He tenido un fin de semana corto, muy corto incluso, hasta esto último sería decir poco.

Vamos a ir explicando las cosas por orden. Hace un par de semanas mi amigo Jesús de Motilleja nos ofrecía un par de huecos que habían quedado sin ocupar en una casa rural del pueblo de Los Romanes de Málaga, lugar al que habían invitado a la Ronda de Motilleja a tocar. Creo que antes incluso de haber hablado con nadie de por aquí ya había decidido que me apetecía ir, sonaba a tres días de músicas con los amigos tocando, cantando y escuchando verdiales, un gran plan.

El caso es que tras escuchar la convocatoria al cabo de poco ya quedaba de acuerdo con Carlos para irnos y al final su novia se apuntaría también. A los pocos días, como este Jesús es un zagal tan organizadito nacía el grupo de whatsup (hoy día cualquier cosa es motivo para crear un grupo de whatsup) que acabaría llamándose "Gatos Romanos y Verdiales", el cual me deparaba más sorpresas agradables, se apuntaban a la fiesta "El Abuelo" (que según "la jueza" cuando quiera puede ponerse el apodo por nombre, hasta donde yo sé, creo que sería más apropiado hacerlo ya), "Pepe Gordini" y Mari Cruz (la jueza) de Los Animeros de Caravaca.

Puntualmente fuimos recibiendo información en el grupo proporcionada por nuestro querido Jesús sobre los pormenores que debíamos conocer del viaje (la forma de llegar al pueblo, que ropa debíamos llevar, en este punto sin duda la estrella fue el traje de las colmenas de El Abuelo, como se iban a organizar los coches para el viaje) y finalmente llegó el ansiado día.

Yo me fui en coche con El Abuelo y  Gordini, en otro coche Juanico, Lurdes y Mari cruz, y en un tercero, Jesús, Maribel, Carlos e Isa.

Hasta aquí todo muy aburrido, la verdad, contado así está pareciendo la típica sucesión de diapositivas de una luna de miel en la cual primero te ponen una con el novio, la misma con la novia, la misma los dos juntos y la misma con los dos juntos dando la propina al que hizo la tercera (y así podríamos estar).

Las primeras risas llegan cuando primero me llama Mari Cruz mientras los espero para decirme que no sabe quien me iba a recoger. Acto seguido llama El Abuelo para decirme que estaban llegando a La Oliver de Huescar para recogerme (yo obviamente los esperaba en La Oliver de Barranda, mi pueblo, se habían pasado una hora de camino) .... de primeras no me lo creo, pero claro, infeliz de mi, me había llamado el uno y el otro y tal cual .... (El Abuelo ya había empezado a liarla). La cuestión es que me recogen pasada media hora la convenida, a las cinco y media del viernes y echamos a andar para Málaga.

El primer objetivo era ni más ni menos que llegar a Los Romanes a tiempo para ver el partido entre España y Holanda del mundial de fútbol de Brasil (vaya unos músicos), pero pronto me iba a dar cuenta que no me había tocado en el coche que quería estar allí para el comienzo. El viaje lo hicimos juntos nuestro coche y el de Juanico y más bien pronto que tarde ya hacíamos la primera parada ... el coche necesitaba gasolina y las muchachas también, que se pusieron ciegas de vizcocho y empanada (lo de ciegas igual es exagerar un poco, pero bueno, tampoco pasa nada pro dramatizar un poco). El caso es que se nos fueron unos 16 minutos entre "gasolinas" y saludos, ni que decir tiene que Juan me obsequió enseguida con el que corre el peligro de ser ya nuestro saludo de rigor, "Hay Javi, Javi ....".

Tras los besos y los saludos, el viaje transcurrió ameno entre anécdotas de las correrías de Pepe por Málaga, algún rato un poco rollo monotemático sobre tipos de mármol, y una serie de accidentadas historias de despedidas de soltero de las que todos hemos tenido alguna en nuestras vidas, con las que nos llevamos una buena colección de carcajadas.

Sin mucho más que contar llegamos a Los Romanes, aquello era sierra sierra malagueña, sinuosas carreteras corriendo entre las lomas de las montañas arriba y abajo, mientras cientos de puntos blancos en forma de casas salpicaban el verdor de los árboles, ya fuera algún punto allá suelto, una pequeña cortijada o un pueblo de tamaño más que considerable, pudiendo estar en mitad de una ladera, o en lo más alto de un cerro.

En estas estábamos cuando algún gracioso que no voy a nombrar aprovechó la ocasión para dar un telefonazo con el único objetivo de echarnos a la cara las cervezas que ya se había bebido .... el siguiente objetivo sería llegar lo antes posible y ponernos a su altura.

No tardamos en darnos cuenta de que para llegar al pueblo había que subir un buen trecho por una carretera que había conocido días mejores (al igual que buena parte de la ruta que tuvimos que coger). Cuando llegamos pudimos ver que al día siguiente nos esperaban también subidas y bajadas mientras hiciéramos sonar nuestros instrumentos.

Pequeña parada ya en el pueblo y vemos una calle peatonal que ya no vamos a dejar de ver. Situamos a nuestros compañeros en el bar viendo el fútbol y salimos a la búsqueda del estanco que nos teníamos que encontrar de frente y que nunca encontramos .... hasta que nos dimos la vuelta antes de salirnos del pueblo .... efectivamente, había un estanco, pero a nuestras espaldas.

En fin, nos encontramos ya con Carlos y esta vez el saludo fue más rápido .... la primera cervecita, estando sedientos como estábamos, nos estaba reclamando. Al llegar al bar no tardamos en ocupar nuestras manos y echamos un poco de menos a la gente de la Ronda, con los que se suponía que formaríamos cuadrilla.

La noche del viernes iba a ser fácil de contar. Faltó mucha música y sobró mucho alcohol. La cena llegó después del varapalo que se llevó la selección española y ya con Jesús y señora entre nosotros. Lomos, patatas y hasta huevos fritos llenaron los estómagos que a las horas que eran ansiaban ser llenados.

Aquella noche corrieron también como he dicho ya las risas y el alcohol .... asistimos a la actuación de ¿Látino Turner? (creo que lo acontecido dejó en mi una imagen borrosa, yo diría más, una imagen borracha de la noche, que me impide recordar con claridad tan siquiera el nombre del grupo de nuestro amigo Carlos de Málaga). Cuba libres no faltaron, mezclados con anís del mono, del que mi cabeza se iba a acordar al día siguiente.

Todo pasó demasiado rápido. Sin darme cuenta habían pasado las cinco de la madrugada del viernes al sábado y al día siguiente debíamos ser personas para cumplir en nuestra actuación por la noche, y ni que decir tiene que mucho antes de la noche ya habríamos hecho sonar los instrumentos.

Con el reparto de habitaciones hecho desde el descanso del partido, El Abuelo, Pepe y yo nos metimos en nuestra habitación, la Jueza se quedaba sola de momento y Carlos e Isa se metían a la "suite nupcial" (no lo he dicho, pero la casa era enorme, planta baja y dos plantas, 3 baños, uno en la "suite", cuatro habitaciones (una con muerto incluido), piscina).

PARTE 2.-

Después de los "peos" de rigor de todos los componentes de la habitación, algunos sonoros por si solos, y algunos retransmitidos a falta del sonido característico, aquella noche fuimos relativamente buenos y todos nos quedamos durmiendo ... (lo de los "peos" retransmitidos corrió de mi cuenta y por suerte o por desgracia me lo tuvieron que contar al día siguiente).

Tras el sufrimiento nocturno de mis compañeros a causa de mis ronquidos (doy por hecho que el sufrimiento se repartió a partes iguales para todos, aunque el único que se quejó fue Gordini, El Abuelo "pobretico" no dijo ni media), nos fuimos organizando todos para una buena ducha mañanera (o no tan mañanera, tampoco es que madrugáramos demasiado). El anís del mono de la noche anterior se negaba a ser olvidado, y lo hacía a su desagradable modo, bendiciéndome con una jaqueca de cojones, que procuré ocultar de la mejor manera posible, que sería más tarde con un buen desayuno.

En estas no tardó en llegar la que sería la última inquilina de la que voy a bautizar en este momento como "La casa de los 'errores' de Los Romanes" (a Juanico que es maestro le dejo que me resuelva esto, si yo quiero, porque me da la gana, escribir unas comillas dentro de otras, ¿es correcto lo que acabo de hacer o se consideraría que "de Los Romanes" va entrecomillado y "La casa de los" también? Para evitar confusiones jugaré con comillas simples, y para entender este paréntesis siento deciros que tendréis que imaginar que las comillas simples que he descrito son dobles), Sarita de Motilleja con su hermana. Tras los saludos de rigor se acomodaría en la habitación con La Jueza y nosotros nos iríamos a desayunar.

La verdad es que el desayuno, hasta donde yo puedo recordar a estas alturas transcurrió sin pena ni gloria. Me tomé un café con unas tortas de aceite muy empalagosas, por no empezar con alcohol (cerveza), algo de lo que me arrepentí después, porque la verdad, las horas que eran ya, procedía una cervecica con tapa, lo que viene siendo almorzar como Dios manda. Ni que decir tiene que el compañero Carlos hizo lo que yo quería hacer y para mi se tradujo en envidia sana, tu si que sabes amigo.

No tardaría en aparecer nuestro querido organizador Jesús Tejas para encaminarnos hacia la comida. Recogemos el desayuno y salimos para la casa a coger las herramientas, empieza el trabajo duro, empieza la fiesta de verdad.

Salimos hacia el bar bandurria y guitarras en mano, seguro que no adivinaríais quienes serían los primeros "tarambanas" que iban a empezar a hacer ruido .... pues por supuesto, antes que nadie, los tarambanas de la casa de los "errores" venidos de tierras murcinas .... Carlos, Pepe Gordini y yo, con la pandera de La Jueza nos arrancamos por "seguirillas" (pardicas, vaya) recién entrados al restaurante, lógicamente, para regocijo del respetable.

Después de un rato en estas lides, cuando consiguen que cerremos la boca un poquico y va llegando el resto del personal que formaba nuestra mesa para la comida, nos dicen que nos vayamos acomodando y tal. Cerquita de nosotros se sentó Carlos de Málaga, "The Latino Turner Man", el cual una vez que tomó asiento tampoco pudo evitar agarrarse a la guitarra y marcarse unos cuantos cánticos de un "show man" de su categoría, a estas alturas y poco a poco ya todo un profesional en el mundo de la música.

Disfrutamos mucho escuchando a Carlos y pronto empezó el desfile de platos. A la altura a la que escribo estas lineas ya no me da para recordar de que estuvo compuesto el menú, así que si a alguien le apetece después una vez se haya tragado la pedazo de parrafada que está resultando esta historia, pues siéntase libre de añadir un comentario al post.



Burrerías aparte durante la comida, del tipo de montarse cuatro o cinco señores encima de una silla, pobrecita la silla (pero más pobrecito aún el hombre que estaba sentado en ella), también transcurrió sin nada más reseñable que las tonterías ya citadas.

Entre charla y parloteo se pasó la pitanza, y al terminar de nuevo nos faltó tiempo para agarrar los instrumentos con el objetivo de calentar dedos y voces para lo que nos aguardaba al caer la noche .... (por cierto, me acabo de acordar de que uno de los primeros platos eran croquetas, poco a poco).

Tras un buen rato echando músicas, la mayoría estuvimos de acuerdo en que convenía echar un descanso en la casa de los 'errores' (eso lógicamente a quien le correspondiera), así que los componentes del grupo de tarambanas nos trasladamos de nuevo a la casa para echarnos un rato y de esta forma llegar a la actuación de la noche con mucha más energía.

Durante nuestro viaje de vuelta una lugareña se encontró con la fortuna de ser objeto de dedicatoria, ya que nos la encontramos El Abuelo, Carlos y yo mientras caminábamos hacia la casa, y no pudimos de ninguna manera pasar bajo la mirada de aquella mujer sin ofrecerle un copla o dos (El Abuelo sigue liándola).

Llegados a la casa nos echamos todos a las camas, excepto Sarita y su hermana, que como venían frescas del mismo día pensaron en pasar la tarde en la piscina. Salió la muchacha en "bikimini", para regocijo de algunos, y los demás nos quedamos como ya he dicho reponiendo fuerzas.

Yo pasé la tarde en un duermevela extraño, en parte culpa mía que nunca he sido capaz de dormir la siesta en condiciones, en parte culpa de la del "bikimini" y compañía, que no tuvieron suficientes luces para considerar llevarse las llaves de la casa y se dedicaron a aporrear las puertas de abajo cada vez que quisieron entrar, lo cual no ocurrió una, sino dos veces, y adivinad quien se encargó de bajar a abrirle la puerta a las nenas ..... pues el que suscribe.

El caso es que la tarde pasó también, aquí párrafo tras párrafo, me voy comiendo el fin de semana a la misma velocidad con la que se nos fue el susodicho. Una duchica más para despejarse y nos echamos a la calle de nuevo instrumentos en mano.

La actuación de la noche consistía en un pasacalles por el pueblo, con todos los grupos formando en fila, que finalizaría en la plaza. Llegamos al punto de partida los primeros (los de la casa de los 'errores') y nos echamos la primera cervecica de la noche mientras esperabamos a la gente de Motilleja para completar el personal del conjunto.

Nos prepararon allí en la plaza un catering muy exclusivo .... exclusivamente frío, tan frío, tan frío que hasta la tortilla de patatas necesitaba algo más de una vuelta más en el microondas .... lo demás estaba bueno, empanada, embutido, montaditos y tostaditas con "cosas" por encima, y por supuesto (a que no lo adivináis ....) CROQUETAS (por cierto, he de reconocer que en este pueblo tienen buena mano para las croquetas, estaban buenísimas tanto las del restaurante de la mañana como las del catering de la noche).

Ya cenados y a tope, arrancó el pasacalles (nos tomamos un vinico, o dos ..... o tres).
Todas las pandas de verdiales se liaron a tocar (verdiales), y mientras nosotros, pues a las jotas, las malagueñas, pardicas y manchegas .... la organizaciónn sencilla .... empezamos a andar .... vamos tocando mientras andamos ..... si veían que nos acercabamos mucho al grupo de delante, nos paraban ..... cuando el grupo de delante se alejaba, pues seguíamos ..... y así fue transcurriendo el pasacalles.

Cuando después de dar una vuelta por el pueblo ya llegamos a la plaza, aprovechamos la parada para pedir el primer cubalibre ..... en todas estas y por en medio, la garganta de nuestro querido Abuelo se había ido ya de vuelta para Caravaca, dejándolo al pobre con la afonía como único recurso para entonar algo.

Creo que después de todo esto la noche se vuelve incluso mucho más sencilla de contar ..... pasa un rato .... tocamos una pieza .... pasa otro rato .... me pido un cubata con Carlos .... me lo bebo .... me pido otro cubata con Gordini .... me lo bebo ..... me pido otro cubata con Juanico ..... me lo bebo .... tocamos otra ..... pasa otro ratico ..... tocamos otra ..... me pido otro cubata con El Abuelo ..... me lo bebo ..... Carlos viene con un cubata para mi ..... me lo bebo ..... El Abuelo viene con otro cubata para mi .....

Imaginaros entre tanto cubalibre los siguientes hechos (el orden no lo garantizo):

  • Se hace un pequeño acto de clausura.
  • Aparece un coche en la plaza que al tiempo se va marcha atrás.
  • Nos juntamos todo el mogollón de grupos en la plaza a ver quien hace más ruido.
  • Acabamos haciendo más ruido nosotros que nadie (¿o no?)
  • Me bebo otro cubata.
  • Aparece Sarita con una botella de anis.
  • Desaparece el contenido de la botella de anis.
  • Desaparece Sarita.
  • Nos volvemos a la casa una primera avanzadilla.
  • Sarita se había encerrado en la casa y no nos abre (ahora los que aporreamos la puerta somos nosotros).
  • Pepe Gordini "allana" la morada de los vecinos para gritar a la ventana de Sarita y lograr que nos abra.
  • Sarita nos abre (el contenido de la botella de anis aparece tras el careto de Sarita) y yo me vuelvo a la fiesta.
  • El Abuelo y Carlos que se habían quedado confirman que la fiesta ha terminado.

En este punto retomo la narración estructurada, puesto que merece la pena. La fiesta había terminado, pero nosotros nos negamos a darla por terminada. Entramos a la casa cantando malagueñas ...... (aunque aquello no se si se podía considerar cantar) Entre El Abuelo con su afonía y a mi que me dio por improvisar coplas que se empeñaron en no rimar ninguna, montamos un espectáculo digno de mención por lo desastroso y lo gracioso ..... hubo coplas para todo el mundo, incluyendo también las piernas de Sarita, que se ganó una copla por su audacia de salir a recibir en minipantalón a un grupo de músicos achispados cuya única entonación la llevaban más bien en el estómago que en la garganta ..... también hubo alguna copla que algunas mentes sucias la consideraron desafortunada .....

pudo ser desafortunada, pero en mi defensa diré que lo único que convirtió aquella copla en desafortunada fueron los comentarios de los mismos que así la consideraron, y además demostraron con ello que aún tienen que conocerme mucho mejor, ya que soy una persona que tiene muchísimos defectos, pero la malicia no es uno de ellos. No os toméis esto como que me haya cabreado amigos, tomadlo más bien como un tirón de orejas, lo del piensa mal y acertarás conmigo suele fallar.

En fin, después de que Pepe Gordini se nos uniera para echar alguna copla que mereciera la pena, al poco rato de todas estas andanzas nos echamos a dormir ..... y llegó el día de la vuelta.

A pesar de la cantidad de cubatas que cayeron aquella noche (no creo que fueran tantos como he relatado arriba, puede que haya exagerado un poco), me levanté bastante mejor que el sábado (el anís hizo estragos).

Tocaba ducha, recoger los bártulos e irse a desayunar. En estas nos juntamos el grupo de vuelta para Murcia, los mismos del principio. Esta vez no me quedé con las ganas de pillarme mi cervecica con mi bocadillico como dios manda.

Una vez que estuvimos el grupo al completo la charla ya fue tranquila, entre los tarambanas que estuvieron dando el follón desafinando malagueñas a las cinco y media de la mañana, y anécdotas de organización de eventos, llámese la próxima "Chicharra" de Motilleja o llámese "La fiesta de las cuadrillas" de Barranda.

Durante el camino de vuelta paramos a comer en un pueblo de cuyo nombre no puedo acordarme, y en un restaurante de cuyo nombre tampoco puedo acordarme (¿comentarios?), pero que recuerdo que tenía la particularidad de estar bastante adornado con la figura del escritor Federico García Lorca.

Aquí ya las croquetas más cercanas que teníamos eran las catorce croquetas que dieron lugar a risas durante la charla del desayuno, catorce croquetas que era uno de los puntos en el contrato que hubo que firmar con el grupo "Luarna Lubre" que vino a tocar las pasadas fiestas de las cuadrillas a Barranda, y que llevaban hasta semejante nivel el detalle de lo que firmaban con las personas que los contrataban .... catorce croquetas, leyó Carlos, ..... dios mío, ¿y si llegamos a poner quince, que hacen, se niegan a tocar? ¿rompen el contrato? ¿nos piden una indemnización por incumplimiento del mismo? ......

No hubo croquetas, pero si es verdad que durante el viaje se devoraron ocho lorquianos, un "no se que de bacalao" y una lorquina, esto último siempre y cuando Jesús y su mujer hubieran hecho los deberes como es debido, cosa que se les supone y por eso lo incluyo el relato de elementos devorados para terminar este post de una vez por todas, que son las doce y media de la noche y mañana hay que trabajar.


POR FIN.

P.D. Espero me perdonéis todos amigos míos si este post difiere mucho de la realidad por la distancia en el tiempo entre su publicación y el momento en que se sucedieron los hechos ... asímismo, os doy permiso para que me critiquéis todo lo que queráis, y por supuesto, si os he hecho esperar demasiado, disculpadme .... espero que la espera haya merecido la pena .... (ay, Javi, Javi .....).