jueves, 24 de marzo de 2016

Erase una mujer a un bigote pegada

Si todos pudieramos enterarnos de todo lo que nos pasa todos los días de nuestra vida al final estaríamos tan saturados de información que nada nos sorprendería ... a mi este suceso me dejo marca porque muchas veces uno se sorprende a si mismo de lo poco que se conoce ... y con 34 años parece que yo sigo sin conocerme .... QUE COSAS.

Salía yo un buen día de mi oficina a la hora de comer presto a coger el coche para hacer el trayecto habitual, Orihuela - Granja de Rocamora.

No recuerdo que fueramos charlando de nada en especial, simplemente iba yo andando junto a uno de mis compañeros, presto a llegar hasta donde habíamos aparcado el coche para irnos juntos cada uno a su casa, a comer, a coger fuerzas para la jornada vespertina.

Yo iba absorto en la pantalla de mi teléfono móvil, mirando algún mensaje que me acababan de enviar sin ser consciente de lo que se nos venía encima, caminando en dirección contraria a nosotros.

Justo iba yo mirando dicha pantalla, cuando en mi campo de visión aparecen unos zapatos de tacón relativamente altos, que cubrían unos pies más bien diminutos, los cuales continuaban en unos tobillos y unas piernas estilizados que sugerían una figura femenina.

Todo esto capta mi atención y hace que mi cabeza empiece a describir un movimiento ascendente. Claramente pierdo el interés que hasta el momento iba centrado en mi teléfono para pasar al movimiento que estos zapatos describen por el suelo de Orihuela.

Poco a poco voy elevando la vista gracias al giro vertical de mi cuello, y mi vista recorre de abajo arriba esa forma de mujer que casi aparece sin querer ante mi. Piernas de mujer que contemplo, y cuando mi vista alcanza la altura de las caderas, a la vez descubre un contoneo que van describiendo dichas piernas, propio del sexo femenino, que me obliga a seguir elevando poco a poco y cada vez más los ojos hacia arriba, intentando buscar en que terminará esta visión contemplativa.

Manos diminutas con dedos suaves y delgados a los ojos, que abarcan las ya nombradas caderas, extrañamente poco onduladas pero sugerentes, que me obligan a continuar recreándome durante estos segundos que dura esta "visionada ascensión".

Llego a la altura del pecho, que tras el desengaño que me produjo la cintura aún más refuerza el breve desencanto que me produjo la zona de la cintura, ya que en esta zona al igual que en la parte más baja las curvas brillaban por su ausencia, pero que los sensuales andares mitigan y mantienen prisionera mi mirada.

Ni que decir tiene que durante mi ascenso visual, poco a poco nos hemos ido aproximando en el eje horizontal mientras caminamos en direcciones opuestas. En el momento en que mi vista alcanza la altura de sus ojos, un espasmo en forma de corriente eléctrica atraviesa mi cerebro al ver justo debajo de sus ojos dos lineas horizontales y dos verticales que conforman alrededor de su boca .... UN BIGOTE Y UNA PERILLA.

Ni que decir tiene que alcanzada dicha altura por mi campo visual, la circunferencia que abarcan mis ojos amplió considerablemente su tamaño, a la vez que mientras cada uno seguíamos avanzando en nuestra dirección, una fuerza superior obligo a mi cuello a cambiar su rotación, para pasar del movimiento ascendente a describir un movimiento rotatorio sobre si mismo, movimiento que no tenía otro objetivo que no perder de vista aquel bigote situado a pocos centímetros de un peinado igualmente femenino ....

Un inciso en esta historia, no he mencionado que durante esta experiencia visual no deje de ver prendas de vestir altamente llamativas y claramente de mujer .... supongo que ya habréis deducido que lo que estábamos viendo no dejaba de ser un hombre vestido de mujer paseando por la calle un día cualquiera con la misma naturalidad que vosotros y yo lo hacemos.

De vuelta del inciso, por suerte para mi aquella persona en ningún momento cruzo su mirada con la mía .... como bien he dicho no pude dejar de seguir aquel rostro hasta que paso de ser rostro a ser nuca para mi, puesto que ya nos habíamos cruzado y había pasado de largo .... lo siguiente que recuerdo a continuación es volver la cabeza para recuperar la postura natural de mirar en la misma dirección que caminamos, obviamente para no sufrir ningún tipo de accidente al dar con algún obstáculo, cuando de nuevo algo se interpuso en esta pretensión ... en medio de este movimiento, acerté a cruzar mi mirada con la de mi compañero de trabajo con el cual iba caminando ... al cruzar las miradas, en su rostro se dibujó una sonrisa entre cómplice y burlona, que a la vez que me preguntaba me contestaba ... ¿LO HAS VISTO? ... SI, LO HAS VISTO

Ante esto mi reacción vino en dos pasos, primero la explosión, una sorda y atronadora carcajada ahogada con esfuerzo para a pesar de todo hacer la inevitable pregunta ....

¿DE VERDAD HE VISTO LO QUE ACABO DE VER?

Después de esto mientras los dos caminábamos no podíamos menos que seguir preguntándonos si lo que habíamos visto era de verdad.

...........
...........
...........

(estos puntos suspensivos pretenden dejar unos momentos de suspense y provocar en el lector la idea de que pretendo pensarme muy mucho lo siguiente que quiero decir, disculpad la expresión "muy mucho", que no es todo lo correcta que debería ser pero expresa con gran fuerza lo que quiero mostrar).

...........
...........
...........

No me considero una persona retrógrada ni intolerante. A pesar de todo, no todos los días veo un hombre vestido de mujer paseando por la calle tranquilamente, por tanto, pido disculpas si el hecho de encontrármelo de esa manera me impactó en cierto modo. Es algo tan sencillo como que si tu ves una cola de pez a continuación esperas ver el resto del pez, y no un cuerpo de mujer para conformar una sirena .... si anda como una mujer y viste como una mujer, normalmente debería ser una mujer, pero aquel día no .... aquel día apareció un bigote para soltarme una bofetada visual.

Por desgracia, aquel episodio me hizo pensar que a veces nosotros mismos también podemos ser bastante hipócritas en lo que se refiere al pensamiento moderno ..... creo que por esta vez lo dejaré aquí, creo que empiezo a marearme con las vueltas que le estoy dando a esto .... reflexionad como lo hice yo.

P.D. En serio, me siento aliviado de que aquel día aquella persona no cruzara su mirada conmigo y me viera el rostro .... la forma en que se reía aquel día mi compañero, alguien con quien gracias a dios ya tengo cierta confianza, me lo dijo todo ... no hubiera sido agradable mirarle a la cara sabiendo que no podría haber apartado la vista de forma voluntaria lo más rápido posible.

lunes, 21 de marzo de 2016

Porque 90 euros no es tan caro ...

Ya no se los años que hace, diría que recuerdo con cariño el tiempo en que igual estaba emparejado o en proceso de cortejo de alguna moza bien parecida la cual había conocido de tal o cual forma, y no se sabe por qué capricho del destino en su cabeza había tomado forma la idea de que salir conmigo era una buena idea, lo cual por otro lado es totalmente cierto, aún cuando dada la estadística de mis salidas con el sexo opuesto, cualquiera diría lo contrario.



La cuestión es que de charla con los compañeros de trabajo alguno ha sacado a colación la frase que da título a estas lineas y se me ha ocurrido darles una vuelta.

Ponte a pensar en lo que supone una noche de cita con una dama:

1. Quiero causar buena impresión, abro mi armario y ninguno de los trapos que veo termina de gustarme, así que salgo a comprar ropa, primer gasto.

2. Quiero agasajarla con una buena cena, no quiero escatimar, así que hago reserva en un buen restaurante, segundo gasto.

3. No quiero recibirla con las manos vacías, un "detallito" para presentarme en su casa a recogerla estaría bien, una caja de bombones o un ramo de rosas, tercer gasto.

4. Termina la cena y es temprano, si le gusta bailar y quiere tomar una copa, o si preferís dar un paseo y acabáis tomando un café o un helado, no vas a dejarla pagar, cuarto gasto.

Seamos claros señores, que en un gran número de ocasiones el objetivo de muchos de nosotros es acabar entre las sabanas con la muchacha en cuestión, dicho esto, se plantea la siguiente pregunta:

Todo este despliegue de atenciones, ¿garantiza una noche de sexo?

La respuesta a esta pregunta es conocida por todos .... NO

¿Y 90 euros, garantizan una noche de sexo? .... A fin de cuentas está claro que TAMPOCO, en todo caso, o bien da para un rato, o si compras muy barato igual da para un rato muy largo, todo depende de la calidad que se busque ....

Dado el desembolso económico asegurado, parece claro que igual 90 euros tampoco es tanto.

De cualquier forma señores, la moraleja, que no creo haber descubierto América para nadie, tengan ustedes claros sus objetivos, sobre todo si van teniendo ya una edad, si lo que buscan es un polvo no malgasten dinero, y si no buscan solo un polvo, que sea algo que merezca la pena.

P.D. Es curioso a veces lo que da de si una charla de trabajo, como veis, no soy yo el único perturbado.

P.D.2. Mujeres del mundo, es algo claro para mi que hombres y mujeres somos iguales en la mayoría de los sentidos, igual estarán de acuerdo en que este post no es excesivamente apropiado para ustedes, me perdone cualquiera que le haya ofendido de alguna forma, como siempre, mi objetivo es echarnos unas risas .... siempre he creído que nada tiene de malo el oficio más antiguo del mundo al cual hago clara referencia, cada cual se gana la vida como puede a pesar de que muchos/as lo consideran denigrante para la mujer .... como siempre también para mi, nada es blanco o negro.