viernes, 15 de febrero de 2013

Un San Valentin de Muerte

Conforme se acercaba a nosotros el día 14 de febrero una extraña y desagradable obligación me ha ido inundando poco a poco, de abajo arriba, desde los pies hasta el pecho, hasta el mismísimo centro de mi corazón. Esa obligación era simple y llanamente que tenía que escribir algo por San Valentin. Resulta curioso que escribir estas lineas tome semejante cariz dado el carácter de esta fiesta, una fiesta artificial donde las haya, de esas en las que por una parte parece que podemos llegar a ser seres despreciables si no tenemos un detalle con nuestra pareja, y por otra parte hay personas como yo, a las que no les gusta sentirse obligadas a nada, mucho menos a tener que hacer un regalo porque si, sea la fecha que sea.

En este sentido yo soy un poco más radical. Nunca me han gustado las fechas de regalar, cumpleaños, santos, navidades, papa noel, el día del padre, el de la madre, aniversarios, reyes magos ..... parece que no nos acordáramos de nuestros seres queridos si no existen esas fechas, que no hay lugar para tener muestras de cariño si no fuera en un día señalado ....San Valentin es uno más.

Sin embargo, en cierto modo, yo aprendí de alguna manera a querer estas fechas en los años que he dejado atrás. Este va a ser el primer San Valentin después de 7 años que no he tenido a nadie para hacerle un regalo, y curiosamente he tenido que volver a hablar con la persona que ha sido la beneficiada por todos estos regalos (beneficiada me parece una palabra muy fea, pero espero que me disculpéis por ello, no tengo muy claro porque, no se me ocurre otra mejor). Quede este dato como anecdótico, la cuestión es que he vivido una semana animicamente extraña. El fin de semana pasado disfrutaba de los labios de una mujer en los carnavales de Águilas (a la vez que ella disfrutaba de los mios), durante estos primeros meses del año me he sentido mucho mejor, más liberado del recuerdo de mi expareja, más centrado, más feliz con mi hermano, mi padre y mis amigos ..... y sin embargo ha llegado este día y no he podido evitar encontrarme mal. Por volver a centrar el tema, que igual me he ido un poco por las ramas, decía que había aprendido a querer estas fechas y había una razón muy simple .... un rostro.

Sencillo, ¿verdad? ¿Que rostro?, sería la pregunta obligada. La respuesta es bien sencilla también, y seguro que intuida por todos. Si la felicidad tuviera un rostro, ese rostro era el de mi ex cada vez que yo tenía un detalle con ella en San Valentin. Y os puedo asegurar a todos que por nada del mundo cambiaría ninguno de  aquellos momentos, si he vivido cosas bonitas en la vida, el momento de ver esa cara, era sencillamente sublime, maravilloso, dulce, mágico, precioso, feliz .... y esa felicidad (la suya) para mi lo era todo ....

Por desgracia para mi, y a pesar de llevar separados oficialmente ya seis meses más o menos, sigo llevando en mi interior la sensación de que esa felicidad aún significa mucho, que sigo queriendo lo mejor para ella, y lo que es peor, que sigo queriendo ser yo el que le proporcione esa felicidad. Tengo muy claro en mi cabeza que nada de eso va a ser posible, por una razón también muy sencilla, no quiero que eso ocurra .... pero algo muy fuerte me debió unir a esa mujer estos años atrás para que ahora yo necesite escribir todo esto, y como se suele decir, donde hubo, siempre quedan restos.

Yo quería terminar todo esto de una manera más acorde a lo que a mi más me gusta, intentar sacar unas risas de cualquier situación, así que vamos a terminar satirizando un poquito el tema de San Valentin. Voy a felicitar San Valentin a todos esos solteros y solteras que se han ahorrado un regalo este año, y muy especialmente, lo voy a dedicar a esos y esas audaces que se echaron solos a la calle a tomarse una copa y pillaron por banda a alguien tan desesperado como ellos, que les proporcionó una buena noche de sexo sin amor por San Valentin.

¡FELIZ SAN "CORTE INGLÉS" A TODOS ELLOS Y FELICIDADES POR UN POLVO BIEN ECHADO!

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