miércoles, 13 de febrero de 2013

Carnaval, te quiero (Morcilla Rosa)

A más de uno de nosotros nos parecían graciosos los episodios de aquel felino color rosado salido de la imaginación del animador Friz Freleng, hace ya tantos años, pensado en su origen para animar el comienzo de un largometraje del mismo nombre ("La pantera rosa"). Lo que no imaginó este caballero en su momento es que este producto de su imaginación podría algún día servirle a un hombretón de treinta y tantos para darse un homenaje.

Voy a centrar un poco el tema, digamos, en los puntos que nos va a ocupar:

  1. Estamos pasando por los carnavales.
  2. La pantera rosa (creo que todo el mundo que me lea sabe quien es).
  3. Los episodios de la pantera rosa siempre se titulaban, "lo que sea ROSA" o similares.


Así las cosas, con todos estos puntos sobre la mesa, voy a añadir lo que vendría siendo un sábado por la tarde noche, un trastornao con ganas de fiesta, y otro trastornao no muy convencido pero al que según las circunstancias se le puede convencer fácilmente.

Bien, ahora pensemos un poco en lo que eran los episodios de los dibujos animados de la pantera rosa. Si no recuerdo mal, y no lo hago, porque de crio me encantaba la serie, aquel animalillo rosa se movía por el mundo metiéndose en líos, o lo que es peor, provocando líos, con una malicia que superaba cualquier cosa que pudiéramos ver en el mundo animal .... no en vano, este bichito parecía más una persona que una pantera, eso si, una persona con muy mala leche a veces .... preguntémonos ahora, siempre recordando al personaje, ¿qué narices tenía de adorable? La respuesta es simple: NADA.

Ahora vamos a imaginar. Imaginad mi persona embutida en un traje que pretendía imitar a la pantera rosa, pero un traje pensado para un chico unos 8 años más joven que yo y considerablemente más delgado que yo. Aquí tenemos a la morcilla (o sea, yo).
Si me unís al disfraz de folclórica que llevaba mi amigo (un armario ropero de cuatro puertas que me saca la cabeza) tendríamos un cuadro precioso, a una folclórica que podría levantar vuestro peso. agarrando lo que podría parecer una nube rosa de estas de azúcar .... PRECIOSO.

La cuestión es: primero, palabras textuales de mi querido amigo, "chico, con este disfraz vas a triunfar", a lo que yo no me pude contener y respondí mirándome al espejo "¿triunfar?, si soy una morcilla rosa" (cuan equivocado estaba), y segundo, retomo la palabra "adorable", la pantera rosa no fue adorable nunca hasta que yo me disfracé de ella, ahí algo que fue un mal intento de convertirme a mi mismo en el personaje de Freleng, acabo siendo el "peluchito rosa" de la noche ....

Dicho y hecho .... salimos a la calle de esta guisa, y poniendo rumbo a los mejores carnavales que estaban a nuestro alcance (llámese Aguilas), hicimos una parada por el camino para repostar el combustible de nuestro vehículo. Ahí que va la pantera rosa a pagar, con tan mala o buena suerte que una muchacha joven está atendiendo, y al presentarse delante de ella semejante esperpento no puede reprimir la sonrisa .... tras entablar conversación, me dice QUE DAN GANAS DE ABRAZARME PARA ESTAR CALENTITA, CON EL FRIO QUE HACE!!!!

Bueno, pues la cuestión es que esto solo sería el preludio de un desfile de abrazos, besos y caricias durante gran parte de la noche (siempre por parte de personas del sexo contrario, nadie vaya a pensar nada raro), hasta llegar incluso al punto de que alguna me dejó el cuello y los labios bien marcados.

Sinceramente, esto a uno le da que pensar, desde luego que por una parte es una pena que las mujeres no estén siempre tan abiertas y agradables como aquella noche, y luego, como conclusión, decir que,

QUE PENA NO PODER SALIR TODAS LAS NOCHES DISFRAZADO DE PANTERA ROSA.

P.D. Solo como anécdota, ninguna mujer me vió como pantera rosa esa noche, más bien como un oso amoroso o un peluchito rosa. Bien está lo que bien acaba.

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