sábado, 2 de febrero de 2013

No está el verde "pa" pitos

Yo debía tener la pinta de la foto, o poco más o menos, cuando mi padre me cogía de la mano, me llevaba con él al "paraiso", o al "zorro", y ahí cogía y pedía siempre un café solo y a continuación se tomaba una copa de ponche (es curioso que mi primer cubata fuera un ponche con coca cola, ¿verdad? .... QUE NO COÑO, nada de curioso, lo hice así porque mi padre era lo único que bebía, aparte de la cerveza).

La cuestión es que cuando llegaba la hora de pagar se apañaba con 20 duros y eso me hace pensar en la situación en la que nos encontramos, a donde hemos llegado.

No sería del todo sincero, si no puntualizara porque me ha dado por pensar hoy en todo esto. Hoy me han tomado el pelo (en el buen sentido), le he hecho una visita a mi peluquero de toda la vida, Juan el barbero, y no encontrando mejor conversación, hemos estado hablando sobre las fiestas de mi pueblo (resulta que hoy es el último día, el día de la patrona). El día de la coronación por aquí, la noche de las migas por allá, el día de la elección un poco antes, y por en medio la fiesta de las cuadrillas, con todo este jaleo, el pueblo se pega un mes de fiesta así tranquilamente, sin problemas.

Pero ojo, los problemas es el pan nuestro de cada día, así que mientras yo le cuento a Juan lo bien que hemos pasado estas fiestas, el no puede evitar comentar que las fiestas cuestan dinero, ... "salir a la calle cuesta dinero", le digo yo, y ya tenemos el jaleo. Empezamos a hablar de familiares suyos con problemas económicos, familiares míos con problemas económicos, y continuamos que si las pensiones, que los abuelicos se tienen que comprar las medicinas, que si el IVA a subido mucho y que los sueldos en el mejor de los casos se quedan como están, ... y a todo esto, me cuenta una historia que me ha hecho soltar todo esto y que no he podido evitar recrear.

Me dice "no está el verde pa pitos", que yo no tengo ni la más remota idea de lo que significa, aunque en el contexto en el que estamos sería algo así como "no está el horno para bollos", que tampoco se porque tiene el significado que tiene, pero a ver que me enrollo ... "no está el verde pa pitos", (en palabras de Juan el Barbero)

"Antes cuando yo era zagal, se sembraba el verde para echarle a los animales. El caso es que de vez en cuando alguno cogía y arrancaba unos trozos del verde y con los ellos se hacía un pito. Así los viejos de antes cuando corrían malos tiempos nos decían 'no está el verde pa pitos', como queriendo decir que el verde que gastabas en hacerte un pito se desperdiciaba, ya no se lo podías echar a los animales".

Esta historia ya no da mucho más de sí, pero la cuestión es que estos momentos en los que dos generaciones comparten su sabiduría son momentos que cada vez se valoran menos. Seguimos hablando un rato más, de que si un euro vale 166 pesetas y de las  cosas que antes se podían hacer con esas pesetas. Y ahí es cuando yo recuerdo a mi padre sacando una moneda de diez duros y pagando un café solo.

Esos tiempos son tiempos que no volverán, no quiere decir ni que fueran mejores ni peores, simplemente son diferentes. Más nos vale ahora disfrutar lo poco que tengamos que añorar la posibilidad de que antes estuviéramos mejor o peor.

También es cierto que estas palabras son sólo eso, palabras, que al abuelo que ahora se tiene que gastar veinte euros al mes en medicinas que antes se gastaba en pan, o al padre de familia que no ha podido comprar libros a sus hijos porque hace tres meses que no cobra, para ellos, estas palabras no pueden ser un consuelo, a ellos solo les podemos desear que sean fuertes, que no decaigan, y que sigan luchando en su día a día, porque siempre hay luz al final del tunel.

Aún así, insisto, buenos momentos hay que saber buscarlos, o intentar disfrutar los pocos que nos van viniendo .... a día de hoy, han sido estos días de fiesta que, AUNQUE NO ESTÉ EL HORNO PARA PITOS, TENEMOS QUE SEGUIR DISFRUTANDO.

P.D. Un abrazo a Juan el Barbero, que ha inspirado este breve texto, la sabiduría de nuestros abuelos es una de esas cosas que debería permanecer ahí, en nuestras memorias, para siempre. Que este sea mi pequeño granito de arena a mantener viva esa sabiduría, Juan, que a sus "setenta y pico" me sigue cortando el pelo, a ver si en cada visita surge alguna historia de estas.

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