lunes, 1 de julio de 2013

Una serie de catastróficas desdichas (o como convertirse en delincuente con 31)

Las personas tenemos una insana tendencia a exagerar las cosas en según que momentos de nuestra vida. Imaginaréis (y si no lo hacéis, pues ya os lo digo yo) que no es algo de lo que yo abuse especialmente, pero también tengo mis momentos, como cualquiera de los que andáis por ahí leyéndome, y este post podría bien ser uno de ellos (amén de unas cuantas reflexiones acerca de cuan saludable es mi vida en estos momentos).

Vamos, que por muy fuerte que os haya podido parecer el título del post, perfectamente puede ser una exageración por mi parte, vosotros tendréis la última palabra después de haber llegado al final de estas lineas.

Comienza la historia, esto más que una completa muestra de delincuencia, podría ser una historia de desgracia personal, pero como ha sido una de las pocas ocasiones en las que en mi vida he flirteado con hechos delictivos, pues vamos a ello.

Llamemos a todo esto, por que no, "descenso a las profundidades", o "los mayos de luto", por el mes de mayo, igual serían títulos perfectamente adecuados, pero he pensado que lo que pone arriba tiene más gancho.

Primera catastrófica desdicha
Todo comienza un triste día de principios de mayo. Llevaba yo en la cabeza una preocupación que a todos los que salimos a la carretera a diario nos asalta una vez al año (siempre que tengamos en nuestro poder un vehículo con más de 8 años, que somos la mayoría), no estoy hablando de otra cosa que la dichosa "inspección técnica de vehículos". Y es que el coche lo había comprado el año anterior allá por el mes de abril, con la itv ya pasada pero no sabía concretamente en que mes, de cualquier manera, en el mes de mayo ya estaba cumplida seguro. Así las cosas, precisamente aquella semana había decidido pasarla al final de la semana ..... con tan mala suerte que nuestros siempre dispuestos a salvaguardarnos, policías locales de Orihuela, deciden hacer campaña parando a todo vehículo que NO LLEVA LA PEGATINA PUESTA (mi caso, y el de muchos).

  • Papeles, por favor.
  • Si, señor agente.
  • Lleva usted la itv caducada, y sólo el hecho de no llevar la pegatina puesta ya es motivo de multa.
  • Pensaba pasarla esta semana.
  • Pues la lleva 2 meses caducada.
  • Lo imaginaba, pero no sabía exactamente cuanto tiempo era.
  • No le voy a multar por no llevar la pegatina, pero son 200 euros por no llevar la itv pasada, 50% de descuento si la paga antes de una semana
  • HIJO PUTA, ¿QUIERES QUE ENCIMA TE DÉ LAS GRACIAS POR LA PEGATINITA? MIRA, SI LA SACO TE LA PEGO EN LA CARA (esto último sólo son pensamientos, a dios pongo por testigo que no le dije eso, os lo imaginaréis porque no estoy entre rejas).

En mi defensa solamente dos apuntes: uno, que si realmente quisieran hacerte un favor te dejarían ir sin multarte bajo la advertencia de pasar la itv inmediatamente, y dos, me tuvieron allí la friolera de 20 minutos haciendo dios sabe que, tras lo que no pude más que albergar malos pensamientos....

Esta situación desembocó en varios acontecimientos no menos desagradables. Me echaron para atrás la itv por las ruedas, por lo cual tuve que echar a correr para cambiar las ruedas delanteras y alinear la dirección, al final entre unas cosas y otras, 300 euros de inversión (multa, ruedas, itv, ...) que dejaron mi presupuesto para el mes bajo mínimos.

Segunda catastrófica desdicha
Ni que decir tiene que necesitaba ahorrar algo tras lo ocurrido, así que decidí no volver a subir al pueblo para ahorrar algo en gasolina. Por suerte para mi, tengo buenos amigos en el pueblo que decidieron aliviar mi fin de semana y bajarse a mi casa para pegarnos una buena fiesta .... y vaya si nos la pegamos... una buena cena en casa, cervecica, música, algún cubata y nos vamos después a Murcia a rematar.

Puesto que tenía que traer el coche a la vuelta, dejé de beber relativamente temprano, nos dieron las seis de la mañana para regresar a casa, ¡¡MENUDO FIESTÓN!! Decido volver por la carretera de Alicante, craso error, al torcer la curva antes de la gasolinera repsol de "El Esparragal", nuestra siempre dispuesta guardia civil de tráfico nos echa el alto:
- No, no, no, no, no ....
- Tio, no te preocupes ...
- ¿Que no me preocupe? Me ponen el globo fijo y me joden.
- Hace un buen rato que dejaste de beber, no te va a dar.
- ME CAGO EN LA PUTA.

Total, que me ponen el soplillo, y bum, positivo al canto, ......
Al final de la historia, el guardia civil que me regaña por no soplar correctamente con la maquinita buena, diciéndome no se que de los trucos, y VA Y ME DICE, ¡SI NO ESTAS BORRACHO, TU SOPLA BIEN!, PUES SI NO ESTOY BORRACHO, DÉJAME QUE ME VAYA, COÑO, 0,36, 4 puntos de carné y 500 euros de multa (por supuesto, se quedarían en la mitad por pronto pago).
A esos euros lógicamente no podía hacer frente y tuve que pedir prestado.

¡¡¡La leyenda del delincuente VIVIDORE se hace grande!!!

Tercera catastrófica desdicha (el remate)
Dos semanitas después de todos estos royos, ya llegando final de mes desesperado por cobrar y por poder empezar a pagar por mis errores como es debido, volvía del trabajo muy tranquilamente. Era el 30 de mayo y tenía ganas de llegar a casa, cambiarme y quizás tirarme al sofá, no me apetecía nada liarme con comidas para el día siguiente, de echo, iba a dejar que fuera cualquier cosa, puesto que los tupper de mi padre ya eran más que suficientes.

Así las cosas llegaba por la penúltima calle de mi trayecto diario, una calle bastante tranquila, cuando de pronto aparece en el cruce una Nissan Trade que curiosamente .... ¡¡NO FRENA!! (y cuando yo acierto a hundir el pedal de mi freno ya es demasiado tarde) ... LE DOY, LE DOY LE DOY, LE DOY ........ le dí.

Levante los brazos al cielo, ME CAGO EN TODO, que más me puede pasar. Salgo del coche con los restos de los benablos echados saliendo detrás de mi, con la calma que todo eso suele dar, y me enfrento al que debía ser el último contratiempo del mes (era el penúltimo día del mes, menos mal que fue el último del mes de verdad).

Rellenamos el parte de accidente, el otro conductor tuvo la culpa, aún así firma a regañadientes, "yo creo que venías muy ligero", me dice el cabrón. Igualmente me termina firmando, que rumie lo que quiera.

Última catastrófica desdicha (el re-remate)
Esto ya queda fuera del mes de mayo, pero se podría decir que es algo así como la gota que colma el vaso, y es que algo así no me había pasado en mi vida, y la verdad es que tiene miga, pero mucha, mucha miga. Este post se está convirtiendo en el más largo que he escrito, bien podrían haber sido cuatro, pero es que todo lo acontecido me había resultado tan asquerosamente jodido, que no se me había ocurrido hacer esta recopilación hasta que no me sucedió esto último.

Vamos a ello. Situémonos en la fiesta de inauguración de la temporada veraniega en la mundialmente famosa "Disco-piscina Alameda" (lo que viene siendo la piscina de mi pueblo, que está detrás de un restaurante del mismo nombre, que la llevan los mismos dueños, y que abre todos los veranos a mediados-finales de Junio). El fin de semana me pilla con muchas ganas de desquitarme de todo lo pasado (solo habían pasado 2 semanas y por entonces aún andaba jodido por lo acontecido), y se nos junta el evento citado con fiestas en El Campo San Juan, un pueblo vecino. Empezamos la marcha con cuba-libres por la tarde, al ritmo de la música que están poniendo en la piscina, cortesía del ordenador portatil de DJ-Ricky (discjockey local, no tengo ni idea de como se escribe). Después de los cubatas nos entra hambre, ¿por qué no echar unas cervezas?, total, tenemos el restaurante aquí mismo ..... pues ahí que nos vamos. A todo esto se nos ha pasado toda la tarde, nos separamos para ir a cenar y quedamos para después ....

Salimos para El Campo San Juan a eso de la 1 de la madrugada, ya superado el primer envite de la tarde, y cargados con una botella de whisky para el segundo.

Botelleo, chistes, risas, la lavadora triunfó esa noche,
"Dice que es el Paco que vuelve to mamao a casa, y le está esperando la María brazos en jarras:
- Ya vienes borracho, Paco.
- Hay María de mi corazón (como una cuba)
- Anda, andaaaa, vamos a la cama.
Sube la María, Paco detrás, mirándole el trasero.
- Maríaaaa, se te está poniendo el culo como una lavadora.
Se acuestan los dos, tardísimo ya, y a todo esto Paco que se pone tontorrón ...
- Mariaaaa .... va Maríaaaa, mira lo que tengo.
María que se gira, mira, y le dice a Paco.
- Anda Paco, QUE PARA UNA COSA TAN PEQUEÑA NO PONGO YO UNA LAVADORA".
En fin, que después de las risas nos vamos para el conjunto, y ahí ya música, bailoteo y algún cuba-libre más.
Volvemos al pueblo y rematamos la velada almorzando (a las 8 de la mañana) en el bar de "El zorro". Ya cada mochuelo a su olivo a dormirla.

Al día siguiente (y ahora empieza la historia de verdad), cuando voy a hacer camino para Granja, entro en mi coche y me encuentro cara a cara con un muñeco que es una bola rosa con sombrero y cara sonriente, que por supuesto, NO ES MIO, DE DONDE NARICES HAS SALIDO (creo que ya he repetido coño demasiadas veces). No tengo más remedio que hacer acopio de valor y aguardar a la semana siguiente para preguntar "que leches pasó anoche". Me dí cuenta de que a partir de entrar al concierto, mi noche del sabado era una laguna total.

Pasa la semana tranquilamente, y llega el sabado siguiente, vamos a tomar cafe, y llega la ansiada pregunta.
- Tio, que pasó la semana pasada para que acabara ese muñeco en mi coche.
- ¿De verdad no te acuerdas? (no me gusta un pelo la sonrisa que veo cuando estas palabras son pronunciadas).
- No, de verdad que no. ¿El muñeco no era de alguna de las amigas de tu hermano? (inciso, el botelleo lo estuvimos haciendo con el hermano de un colega).
- Pero tio .... ¿no te acuerdas, de verdad?
- ¡Que no, chico, sueltalo ya!

TIO, TE PERDISTE CON UNA Y VOLVISTE AL RATO CON EL MUÑECO EN EL COCHE Y CON ELLA
................
................
(que ¿qué? ......)
(Creo que sobran más palabras).

P.D. Este post se ha hecho demasiado largo, y a mi se me ha hecho demasiado tarde escribiéndolo. Tengo en mi cabeza mil reflexiones al respecto, pero me las guardo para el futuro y para evitaros el empacho de seguir leyendo, hasta aquí todo un repertorio de desastres rematado por el descenso a casi las más bajas consecuencias del alcoholismo compulsivo, en resumen, mi vida anda echa un lio.

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