sábado, 12 de octubre de 2013

Que asco de vida


Que la vida no es justa es una frase que desde los tiempos de maricastaña o como quiera que se diga, y cuando ya has pasado la treintena, empiezas a estar un poco hasta las narices de oir (y de decir, ojo, que yo siempre diré que no soy mejor que nadie).



A pesar de esto, surgen momentos, ocurren cosas que nos traen de nuevo dicha expresión a la mente, más que nada, porque no existe una combinación de palabras que refleje mejor lo que esos sucesos nos sugieren.

Normalmente estas cinco palabras vienen precedidas de muchas más, suele ser una desgraciada noticia con nombres y apellidos.

Con el nombre de Maria de Villota bautizaremos la que nos ocupa hoy.

En su día este blog nació en cierto modo con el fin de hurgarme el ombligo e intentar sacar fuera todo lo que andara mal dentro de mí. Pero hoy quiero llamar un poco al nundo y darle un pequeño toque de atención para recordarle que todos los que por aquí seguimos andando somos aparte de otras cosas también la suma de las experiencias de aquellos que tenemos cerca, que nos enseñan algo. Y por algo, no quiero decir sólo  matemáticas, historia, etc sino cosas como valores o formas de actuar ante las situaciones que nos vamos encontrando.

María de Villota seguro que tiene una vida, una formación y un pasado, seguro que todos aspectos dignos de mención pero los cuáles yo desconozco y seguro que hoy para conocerlos ya está la "wikipedia" ... Yo quiero hablar de calidad de las personas y de ejemplos a tomar en cuenta para ganar esa buena calidad que a muchos nos falta, quiero hablar de acciones, de respuestas ante los problemas y de  superar dificultades.
Una persona que ve la muerte de cara, que con un poco de suerte y con mucha entereza y fuerza de voluntad consigue pasar por encima de ella y mostrar en su vida y en su trabajo una sonrisa al mundo merece todo mi respeto y mi admiración.

El título de esta entrada es tan sólo una expresión de rabia desatada al contemplar como parece que la vida se ría despiadadamente de nosotros, llevándose por delante espíritus nobles en un sinsentido sin igual.

Quiero explicar también la flor que ilustra mi post. Las flores se colocan en las tumbas, cierto, pero una rosa te la regala un amigo, una pareja, un padre o una madre para expresarte su afecto. Sea esta rosa también un regalo a tu recuerdo que de alguna forma seguirá vivo en todos los que te quieren. Seguro que seguiran sus vidas sintiendose orgullosos de ti y afortunados de haberte conocido.

Y por último, por ser todo un ejemplo de lo que debería ser lo normal, coger la vida como viene y sonreirle venga lo que venga, superando hasta lo insuperable, muchas gracias .... gracias por mostrarlo al mundo .... por todo ....

Gracias, Maria de Villota.

(Un bloggero sin mala fe que solo quiso compartir un sentimiento, si alguna de mis palabras ofendió a alguien pido dusculpas.

Javier Sánchez Tejeiro.)

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