miércoles, 1 de mayo de 2013

¡Arriba las manos, esto es España!

Con permiso de mi hermano y me querido y antiguo compañero de trabajo Jose, me voy a entretener ahora un ratito mientras me termino un chupito de orujo de hierbas que estoy utilizando para rebajar una comida que nos hemos dado con unas albondigas con tomate que estaban de muerte, pero que me han dejado el estomago algo tocado, y es que, precisamente porque estaban de muerte, me he comido una albondiga de más que no tenía que haber cogido y es la que me ha dejado el estomago un poco echo un siete.

En fin, al lio, por qué con permiso de los dos personajes que he nombrado, pues será porque las historias que voy a contar son suyas, dicho de otro modo, ellos son los protagonistas.

Todos sufrimos tal vez día si día no lo que consideramos robos o abusos por servicios que son cobrados a precio de oro. Pongamos por caso cobrar 4,50 euros por un zumo de naranja que se hace con 50 céntimos de naranjas y 0,0000000.....1 céntimo de la electricidad que gasta la maquinita que lo hace.

Bien, cuando las fuerzas del orden son en este caso las responsables del robo la situación me parece aún más indignante, y para este primer suceso es mi hermano el protagonista.

Pongamos por caso que vamos conduciendo nuestro coche, algo habitual en nuestra vida diaria, y pongamos por caso que nos aproximamos a un semáforo. Ahora pongamos por caso que este semáforo se encuentra en un cruce y que justo a la derecha, en la vía perpendicular se encuentra un vehículo de nuestra querida y siempre servicial Guardia Civil de Tráfico (nótese que estoy pretendiendo ser sarcástico y que el tono que pretendo transmitir, esto quiero dejarlo claro, viene marcado por la indignación que me produce esta historia). Por desgracia para nosotros, lo siguiente que ocurre es que justo al pasar por debajo del semáforo este se encuentra en color ámbar, color ámbar que vemos mientras estamos pasando, pero que resulta que no ven los ocupantes del nombrado vehículo que patrulla las calles supuestamente para nuestra seguridad. El color que ellos ven es el rojo, y tras presenciar semejante escena no dudan en pararnos. Ni cortos ni perezosos y sin atender a razones, no dudan en endosarnos la "oportuna" sanción.

100 euros de multa por pronto pago y cuatro puntos menos para el carnet. Esto le ocurrió a mi pobre hermano sin comerlo ni beberlo el día 30 de abril del año de nuestro señor. Ahora, tomaos un momento y echad un vistazo al croquis que os adjunto justo debajo:


Ahora, que alguien me diga si no ve algo sospechoso en esta imagen, por favor, que alguien me lo diga. Realmente yo lo vi muy claro cuando mi hermano me lo contaba, ni siquiera necesité un dibujo, así que seguro que más de uno lo está viendo, así que en letras grandes, ahí va la pregunta ...

¿COMO COJONES VIERON DESDE DONDE ESTABAN QUE MI HERMANO SE SALTÓ EL SEMAFORO, SI NO PODÍAN VERLO?

Por cosas como estas uno no puede evitar reírse cuando se habla por ahí de poner radares con el fin de protegernos en vez de con afán recaudatorio. Dos personas tuvieron la sangre fría de aprovecharse de la buena fe de otra que prefiere coger y simplemente pagar en vez de meterse en follones. INDIGNANTE.

En fin, historia dos, esta seguro que nos ha pasado a más de uno, pero le tocó a mi amigo Jose hace poco. De esta historia conozco menos detalles, pero animo desde ya al protagonista a que haga cualquier comentario al respecto.

A todos se nos ha roto alguna vez en casa una tubería, el bater o en este caso, el calentador de su casa. El caso es que a mi hablar de todas estas cosas me hace echarme a temblar. El quit de la cuestión es que la rotura del calentador de agua es todo un engorro y necesitamos llamar en seguida al técnico. El susodicho llega cuando se le ocurre, a veces tardan más, a veces tardan menos, pero llega, y cruzamos los dedos para que el destrozo no sea muy grande y la factura no nos desmonte el presupuesto mensual. En fin, que el hombre llega y se pone manos a la obra. Tras revisar, desmontar y montar, sustituyendo las partes defectuosas, entrega una factura de 12 euros en concepto de repuestos y 80 euros en concepto de mano de obra.

He aquí otro ejemplo de robo a mano armada. Si encima de que todos vamos jodidos de dinero, que tenemos a nuestros políticos jodiéndonos día si y día también, que vivimos en un país en el que espectáculos o libros o entradas de cine tienen un 21 % de IVA (cultura) mientras que las entradas para el fútbol solo tienen un 10 %,  tenemos que aguantar escenarios como los que estoy describiendo, francamente, a veces siento que no pertenecemos a un país del que merezca la pena sentirse orgulloso.

Seguid entonando todos los demás por mi el "YO SOY ESPAÑOL, ESPAÑOL, ESPAÑOL ...." .... yo creo que ya no puedo hacerlo.

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