lunes, 28 de septiembre de 2020

Se me han quemado las lentejas

 El tocinico fresco de la carnicería y su choricico recien cortado. Un par de huesecicos de jamón, dos zanahorias y media docenica de dientes de ajo. Aparto media docena de puñaos de lentejas que echaré cuando haya hervido quince o veinte minuticos .... y que se hagan, que mientras dejo un par de pataticas peladas y partirdas para echarlas al final.

Y con todo esto vamos a cenar. A la vuelta de la cena, pues oye, que les falta un poco de agua y un poco de sal. No pasa nada, se le echa, y en seguida, añade las patatas que las lentejas ya empiezan a estar.

Y ahora viene la cagada monumental. Pues que tengo ahí como treinta cacharros de cristal pendientes de reciclar. Y he visto las lentejas y creo que pueden esperar. Así que ponte a quitar tapas y cacharros a embolsar.

Con todo listo tengo que coger el coche para tirar el cristal, porque a algo más de quinientos metros de mi casa tengo el contenedor, no me apetece andar y además, las lentejas en seguida van a estar, aunque aún pueden esperar ... o eso pensaba yo.

Me cojo mi bolsa de cristal, las llaves del coche y para el contenedor ligericos, no me puedo tardar. Lo que yo no recordaba es que los botes uno a uno los tengo que tirar. Tranquilico llego a casa tras cumplir con la faena, pero recién abierta la puerta, horror, mal olor a quemado que me llega.

Al acercarme a la cazuela y meter la cazoleta lo confirmé, el solaje pegado al fondo, el culpable del olor que me llega.


Siete años llevo en Granja, y seis tuve que esperar para tener un contenedor de plástico cerca de mi casa para poder reciclar. Y al contenedor de cristal siete años llevo yendo en coche sin más cojones si el vidrio reciclarlo quiero.

Seeñores gobernantes, menos cumbres del clima y menos traer a Greta Humber o como quiera que se llame, que para eso si hay dinero, pero por no ponerme un contenedor de cristal, lentejas quemadas para comer yo mañana tengo.

Ahí queda eso ... 


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